En el marco de la alianza entre Fundación Newenko y el Observatorio de Desigualdades UDP se realizó, entre noviembre 2021 y enero 2022, el ciclo de talleres de investigación “Estrategias de mujeres dirigentes para una gestión participativa del agua” en el que participaron estudiantes de tercer año de la Escuela de Sociología de la Universidad Diego Portales. En base a la reflexión colectiva emanada de los talleres, se propuso reconocer estrategias desplegadas por mujeres lideresas de Servicios Sanitarios Rurales de la zona del secano[5] para enfrentar la falta de agua en sus espacios domésticos, sus comunidades y sus territorios.
Para este propósito se efectuaron entrevistas semiestructuradas a mujeres dirigentes de Servicios Sanitarios Rurales de las comunas de Paine, Colina, San Felipe, San Fernando, Putaendo, Curacaví, San Nicolás y Ranquil. Las entrevistas fueron aplicadas y transcritas por estudiantes de Sociología UDP y el equipo coordinador de la investigación. Se contó, para ello, con el consentimiento informado por parte de las entrevistadas, asegurando el resguardo de anonimato y confidencialidad requeridos durante el proceso de recolección, sistematización y análisis de la información obtenida.
Como parte de los resultados de este estudio cualitativo preliminar, se reconocieron como estrategias desplegadas por las mujeres lideresas para hacer frente a la vulneración del derecho humano al agua: el sentido de responsabilidad y compromiso con la labor comunitaria; la importancia de la capacitación y conocimiento autodidacta; y la atracción de recursos desde la institucionalidad estatal asociada a la regulación de las aguas. Estas estrategias dialogan con una serie de dificultades y obstáculos que emanan de desigualdades de género en torno a la gestión y gobernanza del agua en Chile.
A continuación analizamos estas tres estrategias, y sus dificultades asociadas, desde un lente de género, entendiendo que la participación de las mujeres en la gestión hídrica comunitaria es fundamental para movilizar acciones que permitan mejorar la gobernanza del agua en territorios del secano.
Sentido de responsabilidad y compromiso con la labor comunitaria
Una de las estrategias de resistencia individual de las mujeres entrevistadas para enfrentar la crisis hídrica radica en el sentido de responsabilidad y compromiso que asumen frente a la labor comunitaria en sus territorios, sobre todo si se trata de la gestión del agua, una necesidad básica para las personas y la comunidad. Así lo ilustra el siguiente testimonio por parte de una dirigente de Colina:
“Cuando es dueña de casa puede dejar cosas sin hacer en la casa, porque no es que le sobre el tiempo. Para ser dirigente de algo, yo creo que de todo, pero yo puedo hablar del agua potable, yo creo que hay un profundo amor por la gente, por uno misma, porque es algo que uno está haciendo algo por uno también, porque tiene que llegar el agua a tu casa”
(Dirigenta, comuna de Colina)
Bajo este argumento, las entrevistadas dicen sentir que aportan “un granito de arena” para mejorar las condiciones de acceso al agua en sus territorios. La dirigencia se vive, en este sentido, de manera ambivalente, en tanto moviliza un compromiso con el rol de dirigencia para asumir el cuidado del agua a nivel individual y colectivo al mismo tiempo que trae consigo una serie de tareas que se suman a las labores ya establecidas a partir de los roles tradicionales de género.
“El dirigente del comité de agua potable es un dirigente que tiene que dedicarle las 24 horas al comité, es diferente a las otras organizaciones, hay cosas las cuales tú no te puedes desentender del problema que tiene la comunidad”
(Dirigenta, comuna de Colina)
“Si tu no eres un dirigente que está pero así las 24 horas del día pendiente y de catetear y de luchar con la autoridad las cosas no te salen”.
(Dirigenta, comuna de San Felipe)
En este sentido, las mujeres dirigentes expresan la priorización de usos básicos del agua en función de las necesidades actuales de su comunidad, por sobre otros usos del agua en el territorio. Esta experiencia podría ser de gran aporte a la política pública actual del país.
Capacitación y conocimiento autodidacta
Otra de las estrategias individuales que utilizan las entrevistadas para enfrentar la falta de agua es capacitarse y adquirir conocimiento de manera autodidacta. Ello con el fin de adquirir herramientas que les permitan explorar soluciones para asegurar abastecimiento de agua, así como intercambiar ideas que contribuyan a mejorar la gobernanza comunitaria del agua.
Así, las entrevistadas realizan cursos de capacitación con apoyo de entidades del Estado, buscan contactos de personas que las pueden ayudar en algunos temas específicos, o bien, aprenden por su cuenta dependiendo de los requerimientos que el contexto hídrico así demande.
“Entonces capacitar, o sea, más que capacitar es explicar en un lenguaje claro cómo es el funcionamiento de la organización, cómo es la parte técnica, capacitar a los operadores, certificarlos también en la parte técnica”
(Dirigenta, Dadinco, comuna de San Nicolás)
En esta cita, la entrevistada expone la necesidad de capacitarse como estrategia para liderar aspectos de la gestión hídrica, así como también capacitar de forma técnica a los operadores y a quienes componen la organización del sistema de agua potable rural.
Desde un mirada de género, la posibilidad de capacitarse y adquirir conocimientos de manera autodidacta les permite a las dirigentes superar obstáculos de discriminación de género en diferentes espacios de interacción. Entre estos obstáculos se reconoce, por ejemplo, una subestimación a su conocimiento sobre la situación hídrica en la medida que se las acusa de desconocer la legislación sobre agua o de no entender la burocracia de los trámites asociados a la gestión del agua.
“El primer obstáculo es que los otros suelen pensar que el dirigente es tonto, es tonto y es ignorante, ya entonces cuando llegó la entrevista ellos parten de la base que uno no tiene por qué opinar, si uno no sabe nada, entonces así funciona”
(Dirigenta, comuna de Ranquil)
La dirigencia se presenta, en este caso, como un espacio estratégico donde pueden desarrollar habilidades y capacidades que las empodera y les permite superar estos obstáculos mediante soluciones concretas para hacer frente a la inseguridad hídrica de sus vecinos y sus vecinas.
Atracción de recursos desde la institucionalidad estatal
Otra de las acciones que adoptan las entrevistadas en su rol de dirigencia tiene relación con las estrategias de acercamiento para conseguir apoyo desde la institucionalidad estatal.
Entre las estrategias mencionadas por las dirigentes se reconocen esfuerzos para atraer recursos que permitan el mejoramiento de los servicios que proveen agua potable, o bien para asegurar nuevas fuentes de abastecimiento considerando la demanda a futuro.
“(…) es que nosotros actualmente estamos en un proyecto de mejoramiento y ampliación. Ese mejoramiento lo estamos pagando nosotros a una empresa y ahí nosotros postulamos. Vamos a postular al estado para que nos financie todo aquí el mejoramiento por 20 años”
(Dirigenta, Polonia, comuna de San Fernando)
En este caso, la dirigente de la localidad de Polonia da cuenta de los esfuerzos que se han hecho para realizar proyectos de mejoramiento del acceso al agua y deja entrever la relación financiera que se establece con la institucionalidad en la búsqueda de aportes que contribuyan al proceso de seguridad hídrica en el contexto de escasez.
Estos esfuerzos van acompañados de las dificultades que enfrentan las mujeres para encontrar espacios de diálogo y negociación. Ello debido a la poca articulación de autoridades y organismos del Estado responsables de facilitar los procesos de organización de los Servicio Sanitarios Rurales para asegurar la seguridad hídrica en sus territorios. Esta fragmentación de los organismos institucionales interactuantes en la gestión hídrica lo menciona claramente una de las entrevistadas.
“La DGA tiene sus políticas, la DOH tiene sus políticas, el Ministerio de Obras Públicas tiene otras políticas y nunca son en conjunto (…) no hay políticas en conjunto entre las distintas unidades, sino que cada cual hace sus políticas y ellos las aplican en forma indiscriminada una de otra, no existe una coordinación entre ellos”
(Dirigenta, comuna de San Felipe)
Se da cuenta, en particular, de los obstáculos asociados a la implementación de la nueva Ley de Servicios Sanitarios Rurales, que se traduce en discusiones sobre las tarifas del agua potable, y el código de aguas vigente, que abre camino al acaparamiento de los derechos de agua.
“Lamentablemente el código de aguas, yo no sé si tú lo conoces, pero el código de aguas permite demasiados atropellos hacia nuestra comunidad, aquí se le da énfasis solamente a los agricultores, con sus acciones, cómo no me voy a sentir atropellada en nuestros derechos cuando la autoridad para otorgar derechos de agua para el consumo humano a las APR se demora años”[6]
(Dirigenta, comuna de San Felipe)
En otros casos, la relación con la institucionalidad por parte de las mujeres lideresas se hace manifiesta en un sentimiento de esperanza ante los cambios que puede traer una Nueva Constitución para Chile, especialmente en lo relativo al acceso al agua saneada y las consecuencias que esto traería en la regulación de los servicios sanitarios rurales.
Reflexiones finales
Como se señaló al inicio de esta entrada de blog, la participación de las mujeres en la gestión hídrica comunitaria es fundamental para movilizar acciones que permitan mejorar la gobernanza del agua en territorios del secano. Para ello resulta indispensable enfrentar las brechas de género asociadas a las instancias y formas que adquiere la participación y los mecanismos de toma de decisión en esta materia.
La responsabilidad y compromiso con labor comunitaria por parte de las entrevistadas se presenta, por un lado, en esta relación ambivalente que ha significado asumir un doble rol de cuidadora del agua en el espacio público y privado, contribuyendo a reproducir labores convencionales asociadas al espacio doméstico al mismo tiempo que reivindican la conservación de los bienes comunes naturales desde acciones para beneficio de la comunidad.
La vía institucional de búsqueda de financiamiento y ejecución de proyectos, por otro lado, si bien permite mejorar el acceso y provisión de agua potable, en la mayoría de los casos no da abasto económico, además de verse limitado por la legislación, como los derechos de aprovechamiento de aguas, que impiden la ejecución de proyectos en los territorios por la falta de agua.
En un contexto en el que el tiempo para revertir la escasez de agua se agota y exige su parte a los actores involucrados en la gestión del agua, el reconocimiento de estos y otros repertorios de acción abren la posibilidad de seguir explorando sobre la creatividad individual y colectiva desde la experiencia de las comunidades del secano, y desde una perspectiva de género, que formulen nuevas estructuras y repertorios de acción que concilien diversas posturas en cuanto a la disposición de los recursos hídricos (De Pinho, 2017).
Por motivo de lo anterior, es necesario “establecer un sistema único, integrado, completo y actualizado de información, alimentado de manera continua por todos los actores de la gestión del agua en los territorios” (Fundación Newenko, 2022, pág. 6). Este sistema facilitaría la gestión hídrica para agilizar procesos transparentes y beneficiosos para todas las comunidades.
Referencias
De Pinho, L. (2017). El ecofeminismo como propulsor de la expansión de la racionalidad ambiental. Ecología Política, cuadernos de debate internacional, 1(56), 26-34.
Fundación Newenko. (2022). Bases para la institucionalidad y la gobernanza del agua en Chile. Disponible en https://www.newenko.org/_files/ugd/235012_04324a98170f4943b4b8df60e6c22c0c.pdf.
Notas al Pie
[1] Coordinadora de Gestión de Proyectos Fundación Newenko
[2] Pasante Fundación Newenko
[3] Directora Ejecutiva Fundación Newenko
[4] Asistente de Investigación Observatorio de Desigualdades UDP
[5] Desde el sur de la región de Atacama hasta el norte de la región del Bío Bío
[6] Cabe señalar que esta vulneración puede cambiar con la aprobación de Reforma 2022: Crea los DAA transitorios, estableciendo que la DGA puede autorizar transitoriamente la extracción no superior de 12 litros por segundos a comités o cooperativas de servicio sanitario rural por el plazo de un año, prorrogable por una sola vez (artículo 5 bis).
Entrada publicada en Observatorio de Desigualdades UDP
31/07/22
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